En 1895 los hermanos Lumière inventaron el cine como evolución de la fotografÃa. Desde entonces han cambiado muchas cosas, pero me doy cuenta de que el cine a su vez ha dotado a la fotografÃa de una mirada cinematográfica.
La obra de Brito ofrece una visualidad panorámica, que defino como cinematográfica precisamente por su capacidad de crear narrativas visuales estáticas, que se continúan a través de nuestra mirada. Estas fotografÃas ofrecen una riqueza de colores y formas con elegancia y delicadeza.
En el encuadre fotográfico tradicional, los géneros que la fotografÃa incorporó a partir de la pintura, como el retrato, el paisaje y la naturaleza muerta, están en la lÃnea del horizonte. Mientras tanto, Brito presenta un nuevo marco para sus fotografÃas, el aéreo. Con este nuevo medio para su imagen, Brito dibuja narrativas visuales con barcos, pescadores y objetos. Sus fotografÃas adquieren texturas complejas, variadas intensidades de color, tonos y contrastes, además de composiciones estratégicamente planificadas y armónicas.
La fotografÃa invirtió mucho durante muchas décadas en un esfuerzo por crear una imagen lo más cercana posible a la realidad, hasta el punto de asustar a sus espectadores, como fue el caso de las primeras pelÃculas de los hermanos Lumiere. Pero hoy es necesario, como lo hace Brito, reasignar la fotografÃa a un dominio fuera de la realidad, un campo de suspensión de lo real, de creación ficcional y de zambullida visual.