La sencillez es una de las características del interior de Brasil. No está necesariamente ligado a los ingresos oa las condiciones económicas, sino al resultado de vivir en una comunidad con relaciones afectivas más estrechas.
La religiosidad está influenciada por el hecho de vivir en una comunidad que constituye la columna vertebral de la cultura regional. A menudo, las reuniones religiosas sirven como reuniones sociales locales donde las personas crean relaciones emocionales, hacen amigos y se casan. En el interior de Brasil, la religiosidad impregna cada fase de la vida.
En las fotos de Allan Lusttosa, accedemos al trasfondo de esta religiosidad en el interior de casas de varios estados brasileños. En estas casas observamos pequeños altares con figuras religiosas, además de velas y otras estatuas, que son rincones de sencillez espiritual. Tenemos así la oportunidad de reflexionar sobre la relación entre los espacios públicos y privados. La religiosidad se vive colectivamente en espacios públicos, mientras que, en privado, las personas oran y ejercitan su espiritualidad en estos pequeños altares.
La simplicidad también crea una especie de intimidad religiosa. Una casa es un lugar de refugio y descanso, donde nos reponemos y pasamos buena parte de nuestro tiempo con familiares y amigos. El registro fotográfico del artista expone esta intimidad, además de mostrar elementos que adornan este espacio privado.
Nos damos cuenta que muchas de estas imágenes de santos, figuras religiosas y estatuas se repiten en diferentes casas. Hay una estética característica de estas figuras de culto, que se venden en ferias regionales y son creadas por artistas locales. Allan Lusttosa documenta esta religiosidad popular, uno de los elementos constitutivos de la identidad en el interior de Brasil.
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