Un circo es un lugar lleno de recuerdos, para quienes tuvieron la oportunidad de crecer con esta experiencia. Los niños tienen un tipo diferente de relación con el circo. Creen en cosas sobrenaturales, animales con superpoderes, etc. y les fascinan los juegos de los payasos. Dentro de su atmósfera, el circo crea un espacio que despierta la imaginación. Sus luces, colores y efectos parecen facilitar la invención de un lugar poético. Solo tenemos que darnos cuenta de que cada persona tiene su propia percepción de la realidad y podemos escapar, por un rato, de la “verdad” y sumergirnos en la fantasía del circo.
Las fotos de Melvin Quaresma nos brindan la oportunidad de reconectarnos con nuestros recuerdos de infancia cuando asistir al circo era un evento especial. Esta magia circense, que incluye momentos en que el payaso se ríe de sus propios errores o en que los malabaristas logran subvertir el tiempo y confundir nuestra percepción, nos ayuda a relajarnos y valorizar la belleza en la sencillez de la vida. El fotógrafo va más allá de un encuentro con nuestros recuerdos de infancia. Documenta cómo la llegada, la estadía y la partida del circo en muchas ciudades del interior de Brasil es un evento que impacta la vida de las personas.
Además, el fotógrafo utiliza una mirada colorida para llenar nuestra vista con imágenes del detrás de cámaras. Después de todo, quién no quería descubrir qué. ¿La vida es como en el circo? Muchos fantaseaban con los trailers que son casas, los campings que se arman y luego se desarman y los ensayos previos a los shows en los patios traseros.
En los retratos, también vemos a los actores que traen magia y alegría, en tiempos difíciles, en las ciudades brasileñas. Joy todavía tiene el poder de brindar alivio a muchos brasileños que sufren. Quizás sea parte de nuestra cultura reír y seguir adelante, y Melvin Quaresma aporta ese consuelo estético y poético a sus fotografías de circo.
Comments