El retrato es quizás una de las formas de fotografía más difíciles porque requiere un vínculo de confianza y receptividad entre el fotógrafo y el modelo. En general la cámara puede interpretarse como una especie de escopeta que con su lente da en el blanco y graba la imagen.
Sin embargo, el vínculo afectivo transforma ese acto como un momento de generosidad e intercambio de experiencias. Breno sigue un camino alternativo. No crea retratos tradicionales, ya que experimenta en diferentes ángulos y distancias, casi como escenificando una delicada coreografía alrededor de sus personajes, paisajes y objetos.
Otra característica importante de las fotos de Breno es la forma en que logra construir una. composición ligera y elegante, utilizando como elementos a las personas, los colores, la luz ambiental y el paisaje.
En los retratos convencionales, la modelo mira fijamente al fotógrafo, pero Breno parece esconderse entre sus lentes y está capturando a sus personajes de una manera más relajada, sin pretensiones y desenfadada.
El norte de Brasil es la morada de la exuberancia, por la diversidad de las culturas regionales, sus frutos, gastronomía, paisajes, ríos y bosques. Todo este ecosistema parece brindar un contexto propicio para que las fotos de Breno nos llenen de tranquilidad y belleza.
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