La fotografía contemporánea a través de redes sociales como Instagram o Facebook facilitó la popularización del autorretrato. Me parece interesante cómo este espacio también hizo posible la democratización de un espacio público que permitiera la expresión de ideas, pensamientos y actitudes.
En los autorretratos de Renan Maciel podemos observar la diversidad de opciones estéticas que utiliza el fotógrafo, desde su preocupación por la ropa hasta su interés por los accesorios y objetos. Este conjunto de elementos visuales se comunican entre sí en un espacio donde las sinapsis digitales sustituyen a los enlaces físicos.
Nuestra personalidad de múltiples capas se expresa a través del lenguaje, en un esfuerzo por establecer contacto con nuestros interlocutores de elección y la sociedad en general. En este sentido, el fotógrafo es un agente que, a través de su sensibilidad, tiene acceso a la “esencia” de sus sujetos y busca las mejores formas de “captarla” como parte del proceso creativo. Pocos fotógrafos utilizan este espacio para promover activamente su punto de vista, mientras que la mayoría prefiere permanecer en el backstage.
Renan Maciel, fotógrafo y modelo a la vez, se encuentra en una posición privilegiada para tener acceso a dos perspectivas diferentes. Esto enriquece su proceso creativo y le ofrece la posibilidad de presentar puntos de vista más complejos y diversos más allá de la posición tradicional del fotógrafo.
Sus autorretratos reflejan su contexto estético, histórico y regional, pero también ofrecen una mirada retrospectiva a un campo ficcional, utilizando como instrumentos objetos de la vida cotidiana, es una invitación a una reflexión más amplia donde nada es evidente.
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